Hoy casi todo era perfecto

Hoy casi todo era perfecto: el atardecer, el viento cálido, el reflejo de la naciente luna en el espejo de agua que estaba a mis pies. A lo lejos se escuchaban las risas de niños sin prisa y el tren alejarse. No había forma de respirar más tranquilidad, ni de encontrar más belleza en el horizonte. Podría permanecer allí por toda mi vida y olvidar toda la angustia de otra ciudad lejana, podría dejar atrás las prisas y conservar este mundo tan lejos de mi mundo. Volver a empezar lejos de mis pesares, lejos de los recuerdos, con una cuchara en el bolsillo y un palacio de arena por construir. Me imaginé estrenando vida, evitando los errores que he cometido y que no me han hecho una mejor persona. Soñé por un momento sentir esa emoción en el estómago de cuando algo bueno y nuevo viene como ese primer día de clases de los primeros años de vida.


Fue entonces cuando tomé esa piedra y la arrojé al agua, destruyendo el espejo, acabando con la calma del paisaje, gritando por dentro para no escuchar a nadie… porque finalmente este mundo no podría jamás ser perfecto, porque no estabas tú para compartirlo…

Si alguna vez...

Si alguna vez te sientes triste allí estaré,


Y si quieres reír háblame e iré a pararme de cabeza para que sonrías,

Si alguna vez tienes hambre te cocinaré, si tienes frío te cobijaré,

Y si necesitas que alguien te proteja, dejaré de respirar defendiéndote,

Si alguna vez todo marcha mal, te abrazaré

Y si quieres me pondré a cortar vereda para hacerte un mejor camino por donde andar,

Si alguna vez te abrumo me retiraré, si te lastimo huiré,

Y si te arrepientes aquí estaré…

Si alguna vez quieres ayuda, cambiaré el mundo para que sea mejor para ti,

Y si quieres cambiaré yo si necesitas que cambie…



Hoy estoy triste, tengo hambre, siento frío, todo marcha mal, me siento abrumada, lastimada y necesito ayuda para cambiar el mundo… y lo único que deseo es meterme en el único lugar en donde me he sentido segura y nunca salir de allí: tus brazos.