martes, 1 de septiembre de 2009

Latte tipo Español

Una mañana de martes con todo un día de juntas en la oficina por delante, quizás más técnicas de lo que me gustarían o quizás yo más predispuesta hoy que de costumbre… la verdad es que desperté un poco mal humorada por haber dormido mal, por desear cambiar tantas cosas y no tener el tiempo, la fuerza o inclusive la influencia para hacerlo… hoy definitivamente no es un día para salir a la batalla sino más bien para permanecer quieta y meditar un poco antes de actuar… así que muy fuera de mi costumbre no esperé a ninguno de mis compañeros de barraca y decidí ir a mi café gourmet preferido por un gran café tamaño tinaco que mitigara mi mal humor matutino… un latte tipo español… eso fue lo que apareció en mi ticket una vez que Martin “el bar tender” insistió en que tomara algo diferente a lo que originalmente deseaba… pero como he dicho hoy no tenía ganas de discutir así que cedí ante mi siempre sabio bar tender quien parece a veces conocer mi estado de humor mejor que muchas de las personas con las que hablo a diario.

El primer sorbo me hizo confirmar que mi bar tender tiene algo de cantinero, brujo, sacerdote o médico un latte achocolatado y dulce me llevó directo a la sala de casa de mis tíos, a aquellas épocas en las que mis pies no alcanzaban el piso sentada en un gran sofá de la sala junto al aún más grande árbol de navidad que yo recuerde haber tocado. En un instante los reportes a los clientes, los conferences y las reuniones de trabajo desaparecieron dejando aflorar aquellos días de emoción, de cuentas regresivas, de cartas al gordito que nos traía los juguetes que queríamos y no la ropa que nuestras madres insistían que pidiéramos… días sin prisa como diría la canción de Luz… aquellos días en donde la navidad implicaba una reunión de más de 50 personas en una casa, mesas repletas de comida y postres, pilas de regalos manoseados y agitados ante el menor descuido de los primos mayores, risas, música y ruido fundidos en un canto ceremonial de mi niñez, primos por dondequiera, chocolates en el bolsillo traídos en secreto por tu tía a su sobrina favorita – aunque hay que mencionar que en los bolsillos de cada uno mis primos se derretía uno igual al mio-….el sonido de las ollas y Ninfa ahuyentando a quien quería tomar ventaja y degustar la cena antes de la hora estipulada.

Me pregunto cuando la navidad se transformó en lo que hoy es… el mes que se pagan deudas con el aguinaldo, donde hay que contar y recontar los días de vacaciones para ver como se parte uno con la chamacada de vacaciones, cuando la cuentas regresivas no tienen mucho que ver con fiestas y regalos… no lo sé… quizás se pierden durante la adolescencia después de la primera vez que te rompen el corazón… o quizás la primera vez que decides comprar a crédito o pensar más allá del momento en el que vives… no lo sé… pero extraño esos días…
Hoy debo agradecerle a Martin el brujo bartender transportarme a mi niñez durante un breve momento y recordarme que al final de mis días seguramente recordaré más el sabor al latte tipo español de la navidad que la estrategia para este año fiscal.

Latte tipo español

Es un latte achocolatado, simplísimo de hacer.
  • Una carga de expreso
  • Leche al vapor
  • Una cucharada de cocoa líquida
  • Dos gotas de vainilla


Se cubren las paredes de un vaso de latte con la cocoa líquida Se agrega la leche, la vainilla y el expreso con cuidado al final… Se recomienda muy caliente junto a un gran árbol de navidad.