lunes, 30 de noviembre de 2009

Galletas de la Suerte

“La perfección no existe, deja de buscarla”


Eso decía la galleta de la suerte que abrí ayer. Me reí para mis adentros y le contesté: Mientes.

La perfección existe su único defecto es que sólo dura un instante pero existe de eso estoy segura; he estado frente a ella en más de una ocasión. El problema es que por su efímera existencia queremos creer que no existió para no aceptar que fue nuestra y la perdimos; así como la frustración de cuando volveremos a encontrarla si acaso sucede.

Todo el día de ayer y hoy la idea me ha rondado por la cabeza como esos mosquitos imposibles de atrapar en las noches de verano, así que empecé a buscar el momento más perfecto de mi vida pero al hacerlo cada momento competía con el otro, finalmente como el juez que no tiene corazón para emitir una sentencia decidí por declarar un salomónico empate y sin ningún orden más que el de aparición menciono aquellos que estas últimas 48 horas he recordado.

- El sonido de la guitarra en una noche de invierno.

- El momento en el que sentada en el césped te das cuenta que estás perdidamente enamorada.

- La risa incontenible y sin razón que surge ante la mirada de los amigos.

- La mirada que te busca al llegar en el aereopuerto.

- Mi mano en su cuello un segundo antes del primer beso.

- El arcoíris que aparece al final de un camino.

- El ramo de rosas rojas recibidas después de un viaje que creías sin retorno.

- La mano de un bebé cuando toca tu rostro.

- Mirar a un padre y su hijo caminar idénticos en el parque.

- El abrazo en silencio y sin explicaciones.

- La última vez que soñé contigo.

- El beso de buenas noches de un duende y su rostro cuando dice “Te amo”.

Seguramente hay más momentos perfectos… pero por lo pronto abriré una nueva galleta.

125 gr de harina
50 gr de azúcar moreno
1 cucharadita de licor de anís
1 huevo
1 cucharadita de aceite
1/2 cucharadita de sal
1/2 litro de aceite para freir

Mezclar la harina con el azúcar, el anís y la sal.

Añadir la cucharada de aceite y el huevo. Trabajar la masa y formar una bola.

Repartir un poco de harina sobre una mesa para que no se pegue la masa, y con un rodillo extender la masa hasta obtener una placa fina y cuadrada.

Con un cuchillo cortar la placa en 9 cuadros de igual tamaño, y poner un papel con un consejo o un deseo encima de cada trozo.


Recoger las esquinas de cada galleta, presionar ligeramente las puntas. Tener cuidado de no aplastar la parte del centro.

Calentar el aceite, y freír las galletas de la suerte hasta que estén doradas, unos 5 minutos aproximadamente.