jueves, 31 de diciembre de 2009

Gelatina de Café

¿Alguna vez has temblado?


No hablo del temblor que provocan las heladas noches de Diciembre, esas en donde el aire parte al respirarlo; tampoco hablo del sobresalto que provoca el afán masoquista de las películas que nunca logro terminar de ver; menos aún de los temblores que viví en mi niñez que movían cuadros, rompiendo paredes y almas y que por cierto recuerdo cada vez que paso por la zona del desastre.

Hablo de los temblores que surgen de adentro de tu ser, cuyo epicentro no logro ubicar y que te roban las palabras aún a personas como yo que no dejan de hablar.

Esos temblores que no permiten decir que piensas y sientes, paralizando el cerebro y llevándote a lugares remotos en el tiempo que parecen haber sido ayer. Sé que en dichos momentos quizás no se requieren las palabras y espero que dentro de mi propia parálisis mi sonrisa haya logrado expresar lo que mi boca no ha podido.

Hoy me quedo con dicho temblor y con la certeza de que el año que entra nos irá mejor.

  • Chocolate amargo
  • ¾ litros de leche,
  • 6 huevos,
  • 150 grs de azúcar,
  • 3 cucharadas de café soluble,
  •  9 bolsas de gelatina sin sabor,
  • una copa tequilera de ron.

El chocolate se derrite en la leche con el fuego bajo, se añaden las yemas, el café y el azúcar. Una vez incorporados se ponen a baño Maria y se bate, se disuelve aparte la gelatina en un poco de agua caliente, se le añade el ron. Esta última mezcla se vierte sobre el chocolate y se mezcla muy bien. Se agregan las claras batidas a punto de turrón y se deja cuajar en el refrigerador.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Foto de la Semana - Diciembre 30



Reflejo

Otra referencia ajena

Instantes

Si pudiera vivir nuevamente mi vida.

En la próxima, trataría de cometer mas errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría mas.

Sería mas tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico, correría mas riesgos.
Haría mas viajes, contemplaría mas atardeceres,
subiría mas montañas, nadaría mas ríos.

Iría a mas lugares donde nunca he ido,
comería mas helados y menos habas.

Tendría mas problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida.
Claro que tuve momentos de alegría, pero si pudiese volver atrás,
trataría de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, solo de momentos.
No te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca iba a ninguna parte, sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas.

Si pudiese volver a vivir, viajaría mas liviano.
Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguirá así hasta concluir el otoño.
Daría mas vueltas en calesita, contemplaría mas amaneceres y jugaría con niños.
Si tuviera otra vez la vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.

(Se le atribuye a J.L. Borges)

domingo, 20 de diciembre de 2009

Todavía hay tiempo antes de Navidad

Todavía hay tiempo antes de Navidad,

todavía hay tiempo para volver la vista atrás y ver nuestros errores,
todavía podemos pedir perdón a quien hemos hecho daño,
buscar aquella amistad que perdimos
o el amor que lastimamos.

Todavía hay tiempo antes de Navidad para perseguir nuestros sueños,
recuperar la esperanza y mirar hacia el frente,
gritar lo que sentimos, tomar un nuevo rumbo,
creer que la vida es justa aunque todo demuestre lo contrario.

Todavía hay tiempo antes de Navidad para decir lo que callo
abrazar la vida de un tajo y viajar a donde deseabamos
olvidando lo que hicimos.

Todavía hay tiempo antes de Navidad,
para hacer lo que realmente queremos,
recuperar el tiempo perdido
y empezar de nuevo.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Salsa Roja. Secreto de familia

Secretos… todos tenemos secretos, secretos que se ocultan por vergüenza, por no lastimar a alguien más, por codicia, porque creemos que la otra persona no entendería, por quererlos olvidar.


 
Secretos de familia, secretos de pareja, secretos que nos hacen cómplices, secretos personales… que pueden ocultar hechos pasados, actuales o deseos que no sabemos si se cumplirán; muchas veces más hay situaciones que creemos secretos cuando en realidad todos lo saben y somos los últimos en enterarnos de ellos.

 
Pero… ¿Qué hacer cuando te enteras de un secreto que no debías saber?...

 
Hace unos días por error me enteré de dos secretos, el primer secreto aunque no me atañe pero me duele por el hecho de que le duele a alguien más a quien yo aprecio y duele más al saber que no puedo confesar lo que sé y ayudar… simplemente debo esperar a que me sea revelado de la fuente oficial.

 
El otro no es mío tampoco, pero me afecta y quiero pensar que más que un secreto es sólo un chisme dicho con mala intención… pero el terror a confirmarlo también me inmoviliza y decido no preguntar…

 
Todos tenemos secretos… y pocas veces los confesamos… a veces los confesamos en espera de comprensión o empatía, en un momento de desesperación, por encontrar una solución que no encontramos… mas la mayoría de las veces los guardamos quizás por la mala experiencia de haberlos compartido con alguien quien después se aprovechó del mismo o peor aún lo ignoró.

 
Yo tengo mis propios secretos y alguna vez me atreví a compartir un par de ellos… no sé si fueron comprendidos, la evidencia dice que no… aunque quizás aún guardo en secreto la esperanza de que hayan sido comprendidos y más aún que sean consolados.

 
Por lo pronto confesaré un secreto que no quiero sea ignorado:

 
  • 3 jitomates  
  • Una cucharada de consomé de pollo en polvo 
  • 2 chiles serranos 
  • Un pedazo de cebolla 
  • Aceite de oliva
  • Un diente de ajo

 
Se cocen los jitomates, se les quita la piel y las semillas, se asan los chiles serranos y el ajo en un comal. En la licuadora se licuan ambos con la cebolla.

 
El secreto está en freír la salsa a fuego muy lento con orégano natural.

 

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Sandwich de Mortadela

Dicen que las primeras experiencias marcan tu vida, los primeros años de vida, la primera maestra del kinder, el primer amor, la primera desilusión por sólo mencionar algunas... de la misma forma en nuestra vida laboral las primeras experiencias determinan y alteran nuestra perspectiva ante el trabajo, los compañeros, los objetivos.


 
Ser el primer jefe de una persona es una responsabilidad muy difícil, requiere paciencia, interés verdadero, saber cuándo estar y cuándo dejar que se desarrollen, entender por las palabras no mencionadas y los silencios que gritan…. Y hay que saber no sólo oír sino escuchar.

 
Yo recuerdo con mucho cariño a mis dos primeros jefes: Manuel y Militza. Dos jefes absolutamente diferentes en sus métodos, formaciones e historia cuya única coincidencia es que gustaban de comer sandwiches a la hora de la comida para aprovechar al máximo el día.

 
Manuel un líder de proyecto desordenado tanto en su vida laboral como personal, bromista, fumador empedernido, un apasionado en el logro de objetivos comunes por encima de los individuales que creía fervientemente que una manada va siempre a la velocidad del búfalo más lento. Gracias a él manejé mi primer contrato, asistí a la primera junta con patrocinadores, fui líder de un proyecto. Aprendí a que no lo sólo se requiere saber, sino compartir lo que sabes, que la mejor práctica no es aquella que en una única ocasión funciona sino la que se puede hacer todos los días y que nos permite saber en qué podemos mejorar, aprendí que sin un equipo que te apoye no llegarás a ningún lado y para tener un equipo que te apoye debes apoyar a cada uno de ellos al doble de lo que ellos están dispuestos a apoyarte. Su más grande lección fue que cuando eres cabeza de un equipo el triunfo de tu gente es sólo de ellos y que cuando hay errores o problemas debes ser el primero en asumir la responsabilidad.

 
Militza… a pesar de que hace años que no es mi jefe sino amiga siempre seguirá provocando gran admiración en mi, independientemente de sus doctorados, sus logros, sus altos puestos en las diferentes industrias, su emprendedor carácter, su orden, su disciplina, Mili siempre luchó por transformar el mundo, por corregir lo que estaba mal, guerrera en un mundo en el cual ser mujer no es fácil siempre con una sonrisa y un consejo. Ella me enseñó a no aceptar todo sólo porque siempre se ha hecho así, a romper paradigmas. Recuerdo bien como en nuestro grupo de trabajo nos esforzábamos para ir con una idea, proyecto o propuesta que fuera perfecta ante sus ojos y salir de su oficina con una nueva perspectiva, que mostraba que había tanto que hacer y aprender.

 
No puedo dejar de agradecer la increíble suerte que tuve al encontrármelos en mis primeros años laborales y añoro los tiempos en que sabía que ante un problema podía acudir a ellos aunque fuera para escuchar “Tú ya puedes salir sola de eso”.

 
Después de ellos han pasado muchas personas jefes malos, aprendices, regulares, aterradores, maquiabélicos, tibios, soñadores, sordos, lejanos y hasta alguno que ni siquiera merece el título. Aunque debo decir como pie de página que excluyo a alguien de esta lista ya que más que ser mi jefe se convirtió en mi mejor amigo y hoy parte de mi familia para siempre. De los primeros debo también decir que aprendí mucho sobre lo que no hay que hacer, no hay que provocar, la línea que no quiero cruzar y en lo que no me deseo convertir.

 
Pero los años pasaron, una vez que me tocó el privilegio de orientar a alguien empecé a entender y aprender más de Mili y de Manuel, seguro que he cometido errores, seguro que he tratado de enmendarlos y seguro que tengo aún mucho que aprender, pero trato de no olvidar a cada una de las casi ciento treinta personas a lo largo de estos años han confiado en mí, que han venido a buscar que los escuche aún sabiendo que no siempre escucharán lo que quieren oír y que aún ahora estando en diferentes nóminas me buscan. Tengo un compromiso con ellos que no termina ni se determina con un contrato y siempre me sentiré orgullosa de sus logros. El compromiso de haber tenido en mis manos por períodos breves o largos su desarrollo profesional. Así como Manuel y Mili me ayudaron en el mío.

 
Manuel… gracias, Mili… gracias.

 
  • Mortadela picada muy finamente
  • Cebolla picada muy finamente
  • Queso Manchego rallado
  • Pan Integral

 
Se fríe la mortadela picada con la cebolla se arma el sandwich y se pone en la sandwichera. Es el sandwich favorito de Manuel y que jurábamos quienes le reportábamos que debía tener cualidades mágicas para aguantar el ritmo de trabajo que llevaba.

 

martes, 1 de diciembre de 2009

Krammer

Debo confesar… me gusta poner apodos… pero por favor no me malentiendan… no es en mal plan… bueno… no en todos los casos… la gran mayoría surgen de algún momento cómico en la convivencia y al pronunciarlos una y otra vez nos hacen mantener presente dichos momentos.



Pero… ¿Qué es un apodo? Según algunas referencias que encontré es la palabra que se emplea para ocultar la identidad de una persona… yo personalmente creo que en muchas de las ocasiones al contrario, los apodos nos permiten ver algo que el nombre de pila no refleja… ¿No me creen?... De acuerdo piensen en las personas que se llaman: Blanca, Clara, Linda, Eugenia, Tristán, Angel, Bonifacio, Justo, Bárbara… y ya no hablemos de apellidos como Delgadillo, Cortés, Cordero y otros más que han justificado que en la legislación exista un proceso para cambio de nombre.


Así que al menos para mí los apodos tienen un sentido práctico, es por ello que en el día a día es común escucharme decir: “El bicho”, “El potro”, “El hombre”, “El pafe”, “El chaparro”, “La vanidosa”, “El músico”, “La generala”,  “El hijo pródigo”, “El hijo bueno”, “La sargento” , “La inglesita”, “El selecto”, “Don fantasma”, “Chicabum” entre muchos refiriéndome a personas que estaban y de muchas formas están en mi vida. Y que por supuesto quiero entrañablemente.


Sin duda hay otros que hacen mención a personas que aún sin saberlo nos hacen reír a quienes sabemos su apodo y generan un vínculo de complicidad en los que una sonrisa se dibuja: “La princesita”, “El apocalíptico”, “Macy’s”, “ El Yuca”, “La pan dulce”, “el michoacano”, “El lo que él quiso decir”, “La piro maníaca”.


Finalmente hay otro grupo de apodos son resultado de momentos difíciles así que, como buenos mexicanos que somos nos reímos de nuestras desgracias. Esto trae la consecuente ventaja de que en un elevador nunca un tercero sabrá de quienes hablamos y nos permite expresarnos a nuestras anchas: “La cucaracha”, “El limoncito”, “La silla del cine”, “La becerra”, “El ebanista”, “El innombrable”.


La receta de hoy en realidad es un Pan Francés… pero durante nuestra niñez mi hermana y yo simplemente le decíamos “Krammer”.


Por lo pronto me disculpo de antemano con todas las personas a las que les he puesto un apodo y no les resulta cómodo, con todas las personas a las que no les he confesado su apodo, pero me disculpo más con todos aquellos cuyo paso no ha significado nada y no han merecido un apodo.


  • Pan Blanco de Caja
  • Huevo batido
  • Leche
  • Chocolate en polvo
  • Crema Batida
  • Chispas de Chocolate
  • Mantequilla


Se remoja el pan blanco en el huevo batido con un poco de leche y menos de media cucharada de chocolate en polvo, se fríe en mantequilla hasta que se dora.


Se adorna con crema batida y chispas de chocolate.


lunes, 30 de noviembre de 2009

Galletas de la Suerte

“La perfección no existe, deja de buscarla”


Eso decía la galleta de la suerte que abrí ayer. Me reí para mis adentros y le contesté: Mientes.

La perfección existe su único defecto es que sólo dura un instante pero existe de eso estoy segura; he estado frente a ella en más de una ocasión. El problema es que por su efímera existencia queremos creer que no existió para no aceptar que fue nuestra y la perdimos; así como la frustración de cuando volveremos a encontrarla si acaso sucede.

Todo el día de ayer y hoy la idea me ha rondado por la cabeza como esos mosquitos imposibles de atrapar en las noches de verano, así que empecé a buscar el momento más perfecto de mi vida pero al hacerlo cada momento competía con el otro, finalmente como el juez que no tiene corazón para emitir una sentencia decidí por declarar un salomónico empate y sin ningún orden más que el de aparición menciono aquellos que estas últimas 48 horas he recordado.

- El sonido de la guitarra en una noche de invierno.

- El momento en el que sentada en el césped te das cuenta que estás perdidamente enamorada.

- La risa incontenible y sin razón que surge ante la mirada de los amigos.

- La mirada que te busca al llegar en el aereopuerto.

- Mi mano en su cuello un segundo antes del primer beso.

- El arcoíris que aparece al final de un camino.

- El ramo de rosas rojas recibidas después de un viaje que creías sin retorno.

- La mano de un bebé cuando toca tu rostro.

- Mirar a un padre y su hijo caminar idénticos en el parque.

- El abrazo en silencio y sin explicaciones.

- La última vez que soñé contigo.

- El beso de buenas noches de un duende y su rostro cuando dice “Te amo”.

Seguramente hay más momentos perfectos… pero por lo pronto abriré una nueva galleta.

125 gr de harina
50 gr de azúcar moreno
1 cucharadita de licor de anís
1 huevo
1 cucharadita de aceite
1/2 cucharadita de sal
1/2 litro de aceite para freir

Mezclar la harina con el azúcar, el anís y la sal.

Añadir la cucharada de aceite y el huevo. Trabajar la masa y formar una bola.

Repartir un poco de harina sobre una mesa para que no se pegue la masa, y con un rodillo extender la masa hasta obtener una placa fina y cuadrada.

Con un cuchillo cortar la placa en 9 cuadros de igual tamaño, y poner un papel con un consejo o un deseo encima de cada trozo.


Recoger las esquinas de cada galleta, presionar ligeramente las puntas. Tener cuidado de no aplastar la parte del centro.

Calentar el aceite, y freír las galletas de la suerte hasta que estén doradas, unos 5 minutos aproximadamente.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Helado de Mango

Lo sé no he escrito por varios días… ¿Falta de inspiración?... Falta de tiempo… y es que llegó sin darme cuenta Noviembre y con ello la limpieza general de la casa… si… de entrada suena a una tarea descomunal y desagradable… en parte lo es…


 
Es abrir una vez al año la caja de pandora en la que convertimos el lugar donde vivimos y acumulamos cosas la gran mayoría sin sentido… pero algunas con significado al menos para uno mismo… es el primer paso para el recuento de los daños de este año y de los pasados, es un repaso a lo que fui, quise ser, soy y deseo convertirme.

 
La limpieza general al final arroja cuatro grandes montones:

 
Lo que sencillamente irá a la basura o al reciclaje, como aquellos papeles con anotaciones tan importantes que no tengo la menor idea de qué se tratan; las latas, pócimas extrañas y envolturas que el duende de mi casa conservó para algún día convertirlo en un gran experimento; cajas de aparatos que conservé por si había que hacer uso del derecho de garantía; revistas de viajes de fin de semana, calendarios viejos con marcas de citas con el dentista que seguramente olvidé, así como un montón de llaves que nadie puede identificar y que no abren ninguna puerta o candado de la casa.

 
Otro gran montón se va al ejército de salvación: faldas tan cortas que podrían confundirse con un top, sweteres de colores vivos para obligarme a dejar el negro, zapatos que juré algún día se amoldarían a mis pies, regalos de personas que sin conocerme pensó que esos enormes aretes que parecen aldabas salidas del cuento de Dickens podrían ser puestas en mis orejitas, así como un montón de cosas que mi madre no se atrevió a regalar en su última mudanza y prefirió delegarme dicha tarea.

 
Por supuesto está el montón de las cosas que regresan a los cajones, roperos o muebles; las cuales a pesar de los enormes esfuerzos para que quepan en los cajones y roperos mañana las veré pensando que no tengo nada que ponerme.

 
Pero hay un último montón, el montón de los recuerdos: un anillo de compromiso escondido en el doble fondo de un cajón no por su valor monetario sino para evitar los reclamos que pudiesen venir de quien llegó a mi vida después de aquel frustrado intento y que resultó otro frustrado intento, cartas de amor con la caligrafía terrible de un estudiante, cds con música en francés que me hacen cerrar los ojos y soñar, un dije de cristal en forma de estrella que compré en un día triste, fotos rotas y vueltas a pegar, la tarjeta de un crucero que deseaba pusiera en orden mi vida, un Kayhuasy que como reza su etiqueta “Según la antigua tradición Quechua su poseedor será favorecido con un hogar propio”, una bufanda que compré a un ser amado y nunca se la entregué, la receta de helado que mi tía favorita me enseñó de niña, notitas con una carita feliz de alguien que se fue a un mundo mejor antes que uno…

 
Es este último montón el que realiza la magia, el que limpia mi alma y me deja lista para un nuevo año en el que seguramente pasarán muchas cosas buenas, algunos fracasos y dejará recuerdos que me harán sonreír antes de dormir… no lo sé… habrá que esperar…

 
Por lo pronto hoy bailaré en la obscuridad con esa bufanda sin dueño al ritmo de la música francesa…

 

 

 
  • 750 grs de Mango de manila sin hueso
  • Un frasco de nata
  • 100 grs de azúcar
  • 2 cucharadas de néctar de mango

 

 

 
Se hace puré el mango, se agrega el azúcar y el néctar. Por otro lado se bate la nata y se mezcla perfectamente con el mango, se mete al congelador por dos horas.

 
Se saca, se pasa por la batidora y se regresa al congelador al menos por una hora más.

 

Foto de la Semana - Noviembre 23


Amaneceres
Noviembre 23, 2009

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Sopa de Letras

Hoy les dejo un experimento y una receta muy básica, llenen en una hoja un nombre de persona por cada letra del abecedario, debe ser el nombre de una persona con significado en tu vida.


 
Te muestro mi lista:
  • • Alejandro 
  • • Beatriz 
  • • Carlos 
  • • Diego 
  • • Emiliano 
  • • Federico 
  • • Gerardo 
  • • Humberto
  • • Itzia 
  • • Julio
  • • Kenishii 
  • • Luis 
  • • Marco 
  • • Norma 
  • • Oscar 
  • • Paul 
  • • Queta 
  • • Rodrigo 
  • • Saúl 
  • • Trixie 
  • • Uriel 
  • • Verónica 
  • • Wanda 
  • • Xandra 
  • • Yolanda 
  • • Zeinab

 
Ahora viene la siguiente pregunta… si estas personas tienen un significado especial en tu vida ¿Lo saben? ¿Hace cuánto que no se los dices? ¿Qué esperas para que lo sepan?
  • Media bolsa de pasta de letras 
  • Aceite 
  • Puré de Tomate
  • Albahaca 
  • Cebolla 
  • Calabacitas 
  • Agua 
  • Consomé de Pollo en polvo 
En una olla fríe la pasta con un poco de cebolla picada, una vez que esté bien frita agrega agua y el puré de tomate. Espera a que empiece a hervir, baja el fuego y agrega albahaca, calabacitas en cuadros y usa consomé de pollo en polvo en vez de sal.

 

martes, 10 de noviembre de 2009

Foto de la semana. Noviembre 10


Tormentas en el horizonte
Noviembre 10, 2009

Caldo Tlalpeño

Hoy que siento el sabor de la derrota en mis labios, hoy que me pregunto si vale la pena tratar de cambiar el mundo volteo al pasado y no encuentro decisiones correctas ni batallas victoriosas.


 
Recuerdo sueños que no fueron y me pregunto cuando terminaron o incluso si en algún momento tuvieron la oportunidad de dejar de ser sueños. No lo sé.

 
¿Qué fue lo que pasó?

 
Quizás crecimos con la idea equivocada de que podíamos cambiar al mundo… de que pensar en los demás era una virtud… y que el actuar bien pagaba… hoy no estoy segura… pero no hay camino atrás ni forma de modificar lo pasado… somos el resultado de un cúmulo de decisiones propias y ajenas, un poco de suerte y ¿porqué no? Quizás de un destino que no entendemos.

 
Me escondo debajo de un cobertor para olvidar el día y de repente me sobresalto… puede ser que me haya equivocado mucho… pero ¿Qué debo enseñar a quienes no se han equivocado aún? ¿Cuáles son los valores que provocan abundancia, felicidad o al menos paz? ¿Debemos de enseñar que te debes cuidar la espalda? ¿Qué todo lo que te pidan o prometan sea puesto por escrito? ¿Qué no importa lo que pienses trata de no meterte en líos? ¿Debemos enseñar a nuestros hijos a mentir, engañar o lastimar antes de que les mientan, engañen o lastimen?

 
¿Eso evitaría que fueran tropezando por la vida o al menos les evitaría cicatrices como las que uno luce en sus rodillas?

 
No lo sé… hoy dudo que lo que se me enseñó y aprendí tenga validez… hoy dudo de estar en el camino correcto…y no quiero oír sermones de la montaña que nunca me han dicho nada…

 
No quiero la promesa de un paraíso que no llegará… me resisto a creer en las palabras hace tiempo escuché y retumban su eco en mi ser… “la vida no es justa”… y mientras aún escucho esas palabras algo se mueve en mi interior y reclama justicia… pero justicia mientras respiro, mientras siento y mientras amo…

 
Hoy que siento la derrota en mis labios… hoy me daré un descanso… dejaré que el mundo gane esta batalla y mañana volveré a la lucha…

 
Mientras tanto sólo buscaré algo que tranquilice mi alma… quizás un caldo…

 
  • Una pechuga de pollo
  • Zanahorias
  • Calabazas
  • Cebolla
  • 1 cubo de consomé
  • Medio Chile Guajillo
  • Un diente de Ajo
  • Cilantro

 
Se pone a cocer la pechuga a fuego muy lento con la mitad de la cebolla y un poco de sal. Una vez que tengas un caldo denso se toma parte de ese caldo y se licua con la otra mitad de la cebolla, el ajo, el chile y el cilantro.

 
Se regresa la mezcla a la olla, se retira el pollo para deshebrarlo y mientras se ponen a cocer las verduras en cuadros en el caldo.

 
Se sirve muy caliente con el pollo deshebrado al gusto se puede agregar más chile, queso en cuadros y aguacate.

 

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Foto de la Semana Noviembre 4 - Exodo



Exodo

Exposición frente a la Secretaría de Relaciones Exteriores

Noviembre 4, 2009

domingo, 1 de noviembre de 2009

Pan de Muerto

 No suelo meterme en la vida de mis vecinos, inclusive soy antisocial con ellos, un poco a consecuencia de tener una vecina si fuera por ella tendría las llaves de todas las casas de la privada para entrar cuando le plazca literalmente hasta la cocina, otra parte por falta de tiempo y el poco que me queda libre me gusta dedicárselo a las cosas que amo.

Pero esta noche no he podido evitar ver a la ventana de Doña Luz, ese es el nombre de la dueña de la casa de atrás la cual conocí hace unos meses cuando su nieto voló su pelota a mi patio y la súper abuela llegó al rescate.


Hoy su nieto no ha venido a visitarla y la luz de la ventana de la cocina se encuentra prendida, me empeño en no voltear a ver pero desde la ventana sin cortinas de mi estudio la ventana me queda justo en el punto de fuga donde mi mente viaja al escribir.


Sin darme cuenta me quedo observando como prepara su merienda, en la mesa de la cocina un mantel azul, saca dos platos, dos tazas y una canasta con lo que presumo a la distancia pan de muerto.


Me la imagino en un matrimonio viejo, donde la pasión se volvió amor, donde el amor huyó para transformarse en cariño y los problemas existenciales de cada crisis de edad se hicieron a un lado a cambio de la compañía de quien nos conoce de toda la vida.


Ahora Doña Luz pone una jarra de café o de chocolate sobre la mesa mientras se sienta y espero paciente a que su acompañante aparezca… pero la silla sigue vacía… Doña Luz toma un trozo de pan de muerto, lo pone en el plato del sitio vacío y se sirve otro; llena las tazas mientras un escalofrío recorre mi espalda y suplico mentalmente que aparezca alguien… pero la silla continúa vacía… y continuó vacía mientras duró la merienda. Al final Doña Luz recoge todo y la mesa vuelve a quedar vacía.


Es día de muertos pienso… cenó con quien amaba.
  • 5 tazas de harina
  • 3 cucharadas de levadura en polvo
  • 5 huevos y 5 yemas
  • 2 barras de margarina (90grs cada una)
  • 1 taza de azúcar
  • 3 cucharadas de agua de azahar
  • raspadura de una naranja
  • 2 huevos para barnizar
  • 1 pizca de sal 
La levadura se pone en agua tibia con un poco de azúcar y harina; se reserva. En una fuente se agrega el harina cernida, el azúcar y la mantequilla, se amasa a mano o a máquina. Se incorpora a la masa la raspadura y la sal. Sin dejar de amasar se agrega el agua de azahar así como uno a uno los huevos y las yemas.


Cuando se tiene una masa manejable se agrega la mezcla de levadura y se vuelve a amasar. Se deja reposar la masa envuelta en plástico y en un lugar tibio hasta que tenga el doble de su tamaño.


Se hacen pequeñas bolitas de masa las cuales se decoran con “huesitos” (rollos de masa más delgados en el centro) Estas se pegan con los huevos para barnizar. Se espolvorean con azúcar.


Se hornean aproximadamente 30 minutos a 200º C.


martes, 27 de octubre de 2009

Filete a la Diabla

 
- Me he ganado el infierno pero comer un cheesecake en la mañana es un pecado demasiado grande –

 
La mesera se rió, mi amigo también y me comentó – No andes diciendo eso-

 
Pero la verdad de todo es que es cierto, me he ganado el infierno ya, y no por la lista interminable y creativa de pecados que algunas religiones dictan, no por romper con mandamientos y leyes absolutas, sino por actuar si… sin pensar mucho en las consecuencias…

 
Me he ganado el infierno…

 
… por bailar sola en la obscuridad…

 
… por creer que puedo romper con lo establecido…

 
… por decir lo que pienso…

 
… por enojarme con lo injusto…

 
… por odiar al asesino…

 
… por envidiar a mis sueños…

 
… por vivir de forma diferente…

 
… por dejarme lastimar y defender al culpable…

 
… pero sobre todo por alguna vez en mi vida haberme arriesgado a amar cruzando a través de cualquier barrera, prejuicio y buen juicio…

 
He pecado lo confieso…y sigo pecando…

 
  • 4 filetes
  • 200 gr de chiles chipotles en adobo
  • 2 Dientes de ajo grandes
  • 1 barra de mantequilla
  • Un tetra de puré de tomate
  • Cebolla

 
Se sofríe la mitad de la cebolla picada y el ajo. Allí se fríen los filetes. Mientras se licuan los chiles con un poco de agua (que quede espesa) se agrega el puré poco. Se agrega la salsa a los filete y se deja que absorba la salsa.

 

lunes, 19 de octubre de 2009

Algunas referencias ajenas

One Art


The art of losing isn't hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.
Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn't hard to master.

Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.
I lost my mother's watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn't hard to master.

I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn't a disaster.

---Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan't have lied. It's evident
the art of losing's not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.

-- Elizabeth Bishop (1911-1979)

lunes, 5 de octubre de 2009

Masa para Pizza

Han sido semanas difíciles las últimas, que si las enumeráramos sería una serie de eventos infortunados, problemas críticos en la oficina, amigos enfermos, carteras robadas, llantas ponchadas, horarios mal acomodados, encuentros inesperados, manchas en las camisas, accidentes carreteros, chismes no pedidos y comentarios no deseados. Cada uno de esos eventos se han sumado como gotas en un vaso que ya de por sí estaba lleno y que finalmente el viernes desbordó dejando una inundación de pensamientos tristes y desesperados.


Hoy no puedo decir que hayan desaparecido, la última gota esa que derramó el vaso se siente como ácido en la piel y llena todos mis pensamientos… mucho más de lo que creía que podría ser y más de lo que me puedo confesar.


Sin embargo siguiendo el consejo de alguien a quien he amado el domingo me he empeñado a buscar algo bueno de toda esta serie de eventos y aunque no podría encontrar algo agradable a cada uno de ellos debo decir que durante todos siempre existió una constante: mis amigos.


Hoy que ha muerto Mercedes quien daba gracias a la vida, debo reconocer su sabiduría. Gracias amigos por estar allí, por apoyarme cuando mis horarios trastocados no me permitían ayudar, por acompañarme cuando sentía miedo y me sentía vulnerable, por ayudarme cuando no entiendo los términos técnicos que parecen salidos del “Big Bang Theory”, por preguntar de los problemas críticos de mis clientes, por mandarme mensajes de texto cuando apago el teléfono, por hacerme cantar en medio de las oficinas de un cliente e incluso virtualmente, por dejarme escoger sus compras. Por escucharme llorar en inglés cuando no puedo expresar lo que siento en español.


Por cada momento que han estado allí en persona, al teléfono, por correo, por mensajes y por conferencias… simplemente GRACIAS.


Prometo que cuando termine este período de desastre me dedicaré a pagar las vacunas que no he pagado. Al menos con una pizza hecha en casa.


  • ½ taza de agua tibia
  • 1 cucharadita de azúcar
  • 15 gramos de levadura en pasta ó 1 cucharada de granlado
  • 3 cucharadas de aceite
  • 1 cucharada de sal
  • 2 tazas de harina


En un envase pequeño se ponen el agua tibia y el azúcar, se revuelve con la levadura y se cubre dejando reposar por media hora. Se pasa a un envase mayor, se agrega el aceite, la sal y poco a poco se agrega la harina. Se amasa hasta que no se pegue. Se deja reposar una hora cubierta en un lugar tibio. Se amasa de nuevo hasta hacer una bola y se deja reposar 15 mins más.


Se amasa para darle forma al molde, se pincha con un tenedor y se cuece a 350 grados centígrados por 35 minutos o 40 minutos con un papel encerado encima y frijoles para no dejar que levante.


Se comparte con los amigos. Si… contigo…

viernes, 2 de octubre de 2009

Dedos de Novia

Hoy quiero sentir entre mis dedos algo diferente que el roce entre ellos al escribir un correo más, los papeles cortantes recién salidos de una impresora, la presión de cargar un portafolio lleno de cables; quisiera dejar de sentir entre mis dedos mi frente estresada por noches sin dormir tratando de resolver problemas de trabajo. Olvidar como se sienten mis dedos tensos ante la injusticia evidente del día a día o de la impotencia ante las causas perdidas. No quiero sentir más el vacío de la mano ofrecida y no correspondida.

Hoy quiero sentir de nuevo la hierba entre mis dedos mientras observo las nubes pasar, quiero sentir esa lluvia que no importa que te empape y el viento de una caminata sin rumbo. Quiero sentir entre ellos como escapa la risa que no logran contener ante pequeñas cosas de la vida.
Hoy quisiera sentir tus dedos entre los míos y creer que puedo confiar en ellos.



Para hacer dedos de novia se requiere:

-Agua de rosas
-Miel
- 1 litro de agua
- El jugo de un limón y cascara de limón
- 1 kilo de azúcar
- 1 kilo de pasta hojaldrada
- Nueces picadas
- 750 gr. de mantequilla

Se prepara un almíbar mezclando el azúcar en el agua, se le pone el limón, la cascara y se disuelve miel. Se pone a hervir para que espese. Se agrega el agua de rosas y se deja enfriar.

Los dedos se hacen con la pasta extendida, se barnizan con mantequilla fundida y se agrega bastante nuez picada. Se hace un rollo y se corta. Se barnizan de nuevo por fuera y se hornean a 120 grados centígrados hasta que doren (aprox. Hora y media). Se dejan entibiar, se le pone almíbar y se escurre el sobrante.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

La primera hora de la mañana

Te veo allí inmóvil en esa primera hora de la mañana, invitándome a acercarme a aliviar el estremecimiento que tengo en la piel al verte. Imposible resistirme, voy hacia ti perdida en el impulso de poseerte, de sentir tu olor, de fundirme con tu aroma y perder la noción del tiempo. Cierro los ojos, te siento en mis labios, reconociendo tu sabor, extrañando tu breve contacto cuando aún lo tengo como si fuera la primera vez que te tengo y la última que te poseo. Te separo de mí, casi con brusquedad sintiendo en mi cuerpo el rastro de tu presencia, sólo para saber que te necesito urgentemente y no puedo estar sin ti.


Finalmente me doy por vencida y me entrego al maravilloso acto de placer matutino de tomar la primera taza de café del día.

Hoy la única receta a compartir es que el mejor café del mundo es el que se toma en una excelente compañía.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Alegrías Amargas

Hace un tiempo en un programa de televisión pasaron un ejercicio emocional muy curioso, un hombre le dio a una mujer que había perdido un bebé un globo… un gran y hermoso globo de color rojo… él le dijo este globo representa las ilusiones, los pensamientos y sueños sobre tu bebé… él se ha ido y tú debes dejarlo ir… en el programa ella lloró durante un periodo menor al tiempo de televisión entre las interminables pausas de anuncios y soltó el globo.

Muchas semanas después en mi camino de regreso a casa ví a un globero, en una de las orillas había un hermoso globo rojo y recordé el programa… instintivamente orillé el auto y pagué por ese globo…
Todos tenemos pérdidas dentro de nosotros, difíciles de desprender, de soltar... durante el resto del camino pensé en esa pérdida que tengo amarrada y me decidí a soltarla… llegué a casa y pensé que la tarde era la mejor hora para desprenderme de ella… me vestí expresamente para ello, tomé el globo y salí al jardín... pensé que sería sencillo pero no fue así mi mano se aferró al pequeño hilo que mantenía al globo preso… y aunque pensé en todas las buenas razones para dejarlo ir… no me atreví.

 No sabía cuán amarrado está todo eso en mi… no lo sabía hasta que ese globo dejó de serlo y se convirtió en el cúmulo de pensamientos, imágenes y rostros…

 Esa tarde acabé en la cocina una vez más haciendo alegrías con chocolate amargo, posponiendo dejar libre mi pérdida… el globo viéndome amarrado en el banco de la cocina… hice casi medio kilo de alegrías de chocolate amargo… duraron varios días comiendo un poco cada día mientras observaba al gran globo rojo descender un poco cada día hasta que un día simplemente no se volvió a elevar.

 Entonces entendí el ejercicio… mientras más tardes en soltar tus pérdidas, éstas dejarán de volar…

 Las alegrías amargas se hacen con
  • Chocolate amargo de repostería
  • Crema líquida (una cucharada por cada 250 gr de chocolate)
  • Amaranto Tostado
El chocolate y la crema se ponen juntos en baño maría hasta que se vuelven un líquido uniforme, en un recipiente de aluminio desechable se coloca amaranto y se derrama sobre él el chocolate presionando con una cuchara… se deja enfriar para que solidifique…

No he comprado ningún hermoso globo de nuevo… pero planeo hacerlo antes de tu cumpleaños.

Rincón de Frases

Cuando la pasión entra por las venas... la razón sale por los ojos...

Debes aprender a escoger las batallas que perderás y las guerras que quieres ganar.

No temas sentir que mueres al decir "Te amo", ten miedo de haber muerto sin decirlo.

A quien muerde la mano que le sostiene, pronto cae con el peso de su estupidez.

La memoria que perdemos es porque la llenamos con sabiduria. AVV

Los héroes en tiempo de paz mueren en el olvido.

El expresionismo nos permite ver la vida a través de un espejo de agua que filtra los detalles dejándonos únicamente los sentimientos.





Así como los artistas necesitan lienzos en blanco, los maestros requieren alumnos dispuestos a aprender.

Basta que algo nazca con la etiqueta de temporal para que nunca se vaya, mientras algo que se nombra como oficial y permanente no dure ni tres meses.

No hay verdad que se oculte con un traje de baño.

Si la presentación no importara nadie se casaría.

Cada noche sin amor es como una luna sin observar.

Las políticas están hechas para evitar el sentido común de la gente.

Siempre sé una persona que hace sentir bien a los demás cuando les llamas y evita hacer sentir inoportunos a los demás cuando te llaman.

Madurar a veces significa aprender a tener miedo.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Chocolates decorativos

El sábado rompí la foto que nos tomamos unos días antes de la última navidad, una vez más abrí mi messenger y bloquee tu contacto, en el teléfono no aparece tu nombre sino la frase en mayúsculas “NI SE TE OCURRA CONTESTAR” a fin de que si me llamas recuerde que no debo contestar tu llamada; una vez más arranqué el número de tu teléfono del corcho de la cocina y guardé tu sweter en el baúl de la ropa olvidada. Saqué las canciones que me diste de mi mp3, quité el fondo de pantalla de mi lap…

Recorrí la casa en búsqueda de algo que me recordara tu presencia, pero en realidad no encontré nada que pudiera quitar y al mismo tiempo todo me hacía visualizarte… lloré tu ausencia mientras con los ojos cerrados buscaba tu mano…

Así estuve por un par de horas hasta que me sentí más tranquila… bajé por unos chocolates y regresé a mi cuarto, me tiré sobre la cama con una cinta adhesiva y me dediqué una vez más a reconstruir tu foto… al rato volveré a poner todo en su lugar… hasta la próxima vez que me empeñe en que debo olvidarte.

Los chocolates decorativos se hacen con chocolate de repostería y/o chocolate de colores que venden en tiendas de insumo, existen moldes de muy diversas formas pero lo más importante es que el chocolate se derrita lentamente en baño maría y que la primera capa de los moldes sea puesta con un pincel y se deje endurecer perfectamente antes de poner el relleno. Los chocolates se deben dejar endurecer a temperatura ambiente siempre.

martes, 1 de septiembre de 2009

Latte tipo Español

Una mañana de martes con todo un día de juntas en la oficina por delante, quizás más técnicas de lo que me gustarían o quizás yo más predispuesta hoy que de costumbre… la verdad es que desperté un poco mal humorada por haber dormido mal, por desear cambiar tantas cosas y no tener el tiempo, la fuerza o inclusive la influencia para hacerlo… hoy definitivamente no es un día para salir a la batalla sino más bien para permanecer quieta y meditar un poco antes de actuar… así que muy fuera de mi costumbre no esperé a ninguno de mis compañeros de barraca y decidí ir a mi café gourmet preferido por un gran café tamaño tinaco que mitigara mi mal humor matutino… un latte tipo español… eso fue lo que apareció en mi ticket una vez que Martin “el bar tender” insistió en que tomara algo diferente a lo que originalmente deseaba… pero como he dicho hoy no tenía ganas de discutir así que cedí ante mi siempre sabio bar tender quien parece a veces conocer mi estado de humor mejor que muchas de las personas con las que hablo a diario.

El primer sorbo me hizo confirmar que mi bar tender tiene algo de cantinero, brujo, sacerdote o médico un latte achocolatado y dulce me llevó directo a la sala de casa de mis tíos, a aquellas épocas en las que mis pies no alcanzaban el piso sentada en un gran sofá de la sala junto al aún más grande árbol de navidad que yo recuerde haber tocado. En un instante los reportes a los clientes, los conferences y las reuniones de trabajo desaparecieron dejando aflorar aquellos días de emoción, de cuentas regresivas, de cartas al gordito que nos traía los juguetes que queríamos y no la ropa que nuestras madres insistían que pidiéramos… días sin prisa como diría la canción de Luz… aquellos días en donde la navidad implicaba una reunión de más de 50 personas en una casa, mesas repletas de comida y postres, pilas de regalos manoseados y agitados ante el menor descuido de los primos mayores, risas, música y ruido fundidos en un canto ceremonial de mi niñez, primos por dondequiera, chocolates en el bolsillo traídos en secreto por tu tía a su sobrina favorita – aunque hay que mencionar que en los bolsillos de cada uno mis primos se derretía uno igual al mio-….el sonido de las ollas y Ninfa ahuyentando a quien quería tomar ventaja y degustar la cena antes de la hora estipulada.

Me pregunto cuando la navidad se transformó en lo que hoy es… el mes que se pagan deudas con el aguinaldo, donde hay que contar y recontar los días de vacaciones para ver como se parte uno con la chamacada de vacaciones, cuando la cuentas regresivas no tienen mucho que ver con fiestas y regalos… no lo sé… quizás se pierden durante la adolescencia después de la primera vez que te rompen el corazón… o quizás la primera vez que decides comprar a crédito o pensar más allá del momento en el que vives… no lo sé… pero extraño esos días…
Hoy debo agradecerle a Martin el brujo bartender transportarme a mi niñez durante un breve momento y recordarme que al final de mis días seguramente recordaré más el sabor al latte tipo español de la navidad que la estrategia para este año fiscal.

Latte tipo español

Es un latte achocolatado, simplísimo de hacer.
  • Una carga de expreso
  • Leche al vapor
  • Una cucharada de cocoa líquida
  • Dos gotas de vainilla


Se cubren las paredes de un vaso de latte con la cocoa líquida Se agrega la leche, la vainilla y el expreso con cuidado al final… Se recomienda muy caliente junto a un gran árbol de navidad.