lunes, 15 de febrero de 2010

Corona de chocolate

Érase una vez en un lugar muy cercano una princesa sin reino y sin corona que vivía como cada uno de nosotros, sin grandes penas, sin grandes glorias; érase una vez un caballero sin armadura ni cabalgadura que andaba el camino como cada uno de nosotros.


 
Érase una vez que el destino permitió que se encontraran en un mismo lugar y sin fosos, ni dragones, ni palacios, y aún sin palabras pudieron reconocerse en los ojos del otro… pero dejaron pasar el tiempo, muchas veces el destino tuvo que repetir su trabajo empeñándose en mostrarlos uno al otro pero sin hablar siguieron dejar pasar el tiempo… ¡Sábe cuantos años pasaron antes de confesar que se reconocían!.. Al fin un día volvieron a reconocerse pero esta vez no retiraron la mirada. Desde entonces la princesa sin reino y sin corona caminó junto al caballero sin armadura ni cabalgadura… ahora cada día el caballero rescata a la princesa con sólo mirarla y el caballero encuentra su armadura y cabalgadura en los ojos de ella…

 
Y es que en este cuento de hadas no hay finales felices porque simplemente no hay finales, no hay “vivieron felices por siempre” porque el siempre tampoco existe… pero dicen por ahí que aún al verse pueden reconocerse en los ojos del otro…

 
  • 300 grs de galletas abanico
  • Media barra de chocolate de repostería amargo o semi amargo
  • 3 huevos
  • 3 cucharadas de azúcar
  • 7 gotas de vainilla

 
Las galletas se colocan al fondo y lados de un molde simulando una corona sin dejar huecos. El chocolate se derrite a baño maría, una vez derretido se agrega tres yemas de huevo, el azúcar y la vainilla. Las claras se baten a punto de nieve y se incorporan lentamente. La mezcla se echa en el molde y se deja enfriar a temperatura ambiente. Media hora antes de servirse se mete al refri.